martes, 24 de abril de 2012

Cuentos de letras para aprender a leer: A - Ana y sus amigas

Para Ana R. de su madre.

La gata Ana, y l gansa Amanda
despiertan por la mañana.
La perrita Mara
ya no está en la cama.
Amanda lleva camisón,
 Ana va en pijama.
Al saltar de la cama
se ponen la bata.
Mara suavemente les ladra:
-Vamos a lavar las caras.
 Hay que quitar las legañas.
     Van a la cocina, Mara Amanda y Ana.
¡Ay va, que ganas!,
¡Para desayunar hay tarta!
Tarta de fresas y nata, preparada por Mara.
¡Que contentas están ahora
 la perrita, la gansa y la gatita Ana.!

ALEJANDRO Y LA PRINCESA


ALEJANDRO, Y LA PRINCESA
                                                  Para Alejandro M. - de su madre, Maika.
                                    

      Esmeralda estaba fatigada y contenta por que había estado jugando con sus hermanas al escondite, pero ya era la hora de merendar, y los mayores empezaron a llamarles.

 -        Niños, a merendar, vamos que si no venís nos comeremos nosotros los pasteles.
-        ¡Vaya, justo ahora que he encontrado el escondite perfecto! Se dijo la niña.

     Se sentaron a merendar, todos estaban sentados en el suelo, cada uno dispuesto a comerse su pastel, dieron las cinco en el reloj del ayuntamiento. Y entonces la mamá se dio  cuenta.

-        ¿Dónde está Esmeralda?
                                        

    
     Mayka, Luís y su hijo Alejandro eran unos prestigiosos investigadores, unos detectives de primera que ya habían trabajado en multitud de casos y siempre habían conseguido su objetivo.   Esta vez tenían que ir hasta los mares del sur, a la Isla de la Perpolinada, donde la princesita Esmeralda había desaparecido de la forma más misteriosa.

      Hasta allí se dirigieron montados en su helicóptero, cuando descendieron, un comité de bienvenida les aguardaba. Les estaban esperando ansiosos y nerviosos.

     Comenzaron con las averiguaciones pero no conseguían sacar nada en claro, Alejandro decidió dar un paseo por el lugar donde se había perdido la niña, 24 horas antes, a ver si mientras se comía el bocadillo veía algo nuevo.

     Al principio, no vio nada extraño y decidió mirar con los ojos de la princesa, que tenía más o menos su edad.

-        Si yo me quisiera esconder en este jardín….

     Comenzó entonces Alejandro a buscar huecos y recovecos y al fin dio con un sitio estupendo, detrás de unos arbustos, y protegido por la tapia,  se agacho para pasar y allí encontró un coletero verde seguramente de la princesa, pero nada más, así que estaba a punto de levantarse, se oía de fondo el reloj del ayuntamiento que estaba dando las 5, (doing, doing, doing, doing, doing.  )  Y ante su asombro, no bien hubo sonado la última campanada, comenzó a abrirse un agujero de color negro, era un agujero dimensional, y si no llega a verlo, ni se lo cree.

     No se lo pensó dos veces, y no queriendo desaprovechar la oportunidad probó a meter parte de su mano derecha, y entonces se vio arrastrado  dando vueltas  girando sobre si mismo, hasta que la cosa paró y se encontró sentado en el suelo.

     Pero no estaba ya en el jardín, si no en un sitio con muchísimo iluminación y un montón de controles y lucecitas. ¡Una nave espacial!

     Se asustó un poco, y más cuando vio que las dos sillas que había frente a los controles se giraban y sentados en cada una de ellas un ser de color verde, no más grandes que un adulto normal.

     Pero los extraterrestres, con una sonrisa en los finos labios le decían casi a coro:

-        Bienvenido, te estábamos esperando.

-        ¿Quiénes sois, que queréis de mí, donde está Esmeralda?

-        Demasiadas preguntas, todas a la vez, Alejandro.

-        Ven, siéntate aquí con nosotros y te lo explicaremos todo.

     Alejandro tomó asiento con un cierto temor, en frente  de los marcianos.

-        Somos del planeta Tangente, somos astronautas Tangencianos en busca y estudio de otras formas de vida, somos científicos. Estudiamos otros ecosistemas y nos llevamos fotos, grabaciones y muestras de ADN de otras formas de vida.

-        Y entonces ¿por qué os habéis llevado a Esmeralda?

-        Ha sido por un error. Hace tiempo, recogiendo muestras, abrimos un agujero dimensional muy cerca de aquí, como no sé si sabrás estos agujeros te permiten viajar en el tiempo y en el espacio,  por aquel agujero se coló un pirata que nos robó y se llevó uno de nuestras  llaves Vortes, que son unas llaves dimensionales, una especie de mandos a distancia capaces de abrir agujeros dimensionales, ahora lo utilizan él y los suyos para cometer robos. Esmeralda se coló en uno de estos agujeros y ahora está en poder de los Piratas que estarán buscando la manera de pedir un rescate.  Nosotros no podemos rescatarla, fuera de la nave no podemos sobrevivir y nuestros trajes espaciales no nos permiten movernos con agilidad.

Te necesitamos para que con ayuda de otro equipo               portátil, te introduzcas en el barco pirata, rescates a Esmeralda y a ser posible les quites las vortes para impedir más fechorías. Ten en cuenta que una vez hecho el agujero dispones solo cinco minutos antes de que se cierre.¿Te ves capaz?

-        Si, lo haré.

     Los Tangencianos, prestaron otra de sus vortes a Alejandro. También le explicaron como debía usarla y las coordenadas que tenía que usar para volver de regreso a la nave.

     Alejandro volvió primero de regreso al jardín, con ayuda de los Tangencianos regresó de tal manera que nadie se había dado cuenta de su ausencia, y quedó de acuerdo para ir al barco pirata por la noche.

     El resto de la tarde transcurrió con total normalidad, cuando se hizo de noche y la casa dormía, bajó de nuevo al jardín, junto a la tapia y abrió un nuevo portal dimensional por el que Alejandro entró, saliendo a la cubierta del barco, entre los botes salvavidas. Tapó el lugar con una lona para evitar que alguien más lo viera durante esos minutos que permaneciera abierto y escondiéndose en la oscuridad procedió a buscar  a Esmeralda.

     Los piratas también dormían. Bajó hacia la bodega del barco, y allí mismo, metida en una jaula estaba Esmeralda, muy triste, la llave de la jaula estaba colgada de un clavo, a la entrada, inalcanzable para la niña. Alejandro la descolgó y sin hacer ruido fue a la jaula.

-        Hola Esmeralda.

-        ¿Tu quien eres?

-        Mira (le enseñó la llave), soy Alejandro y vengo a liberarte. 

-        ¿Pero como? Pensé que nadie sabía que estaba aquí.

-        Es una larga historia, pero básicamente he entrado por el mismo sitio que tu. Tenemos que darnos prisa. (Dijo mientras abría la cerradura). hay que encontrar la otra vortes antes de irnos.

-        Y eso que es?.

-         Es la llave que abre el wortex o portal, el agujero dimensional por el que se puede viajar en el tiempo y espacio. El agujero por el que hemos llegado hasta aquí, mira, (y le enseño el mando), es como esta.

-        ¡Claro, yo la he visto¡, la tiene el capitán en su camarote.

     Los niños, se tomaron de la mano y fueron hacia el camarote del capitán que dormía a pierna suelta o mejor dicho a serrucho suelto, por que hay que ver lo que roncaba.

     Entraron con sigilo, pero Esmeralda tropezó con la mesa y se cayó un florero de metal, con un ruido tal que el capitán despertó.

-        ¿Qué ha sido eso?.

-        Miau, miau, miau.  (Imitó Esmeralda)

-        Ah, bueno ha sido el gato, y siguió durmiendo.

     Llegaron hasta el escritorio del capitán y allí estaba la vortes, la cogieron con mucho cuidado y salieron por la puerta, en ese momento el capitán despertó diciendo:

-        Pero si yo no tengo ningún gato.

     Y salio en calzones detrás de ellos, dando gritos y despertando a toda la tripulación, incluso al mono que era el único en condiciones de atraparlos pues los demás estaban casi dormidos con los pantalones a medio poner  y solo hacían que tropezar unos con otros y con las cosas.

     Les dieron esquinazo a unos y otros y hasta al mono. Levantaron la lona y a punto estaban de pasar al otro lado cuando el mono se abalanzó sobre Esmeralda para quitarla el mando, pero Esmeralda fue más lista, hizo una grácil pirueta y el mono cayó unos metros más atrás. Momento que aprovechó Alejandro para tirar de ella y entrar los dos juntos en el agujero, que se cerró justo a tiempo.

     Llegaron de esta forma al jardín, y de allí, antes de nada, a la nave de los Tangencianos, a devolver las dos llaves vortes.  La princesa se quedó sorprendida, aunque no mucho después de los últimos acontecimientos que había vivido. Los Tangencianos quedaron tan contentos y agradecidos por la devolución de las dos llaves que les hicieron un obsequio.

     Volvieron al jardín y de allí al Palacio, Alejandro y la Princesa contaron su aventura, omitiendo la parte del regalo y como es normal nadie les creyó.

     A partir de ahí se hicieron muy amigos, y todos los veranos pasaba Alejandro una temporadita en la Isla, y colorín colorado este cuento se ha acabado….

     Ah, no, perdón, no hemos dicho, lo que los extraterrestres les regalaron a los niños, y que además fue en parte lo que consolidó su amistad, y es que en agradecimiento, los Tangencianos les regalaron unas minivortes con las cuales desplazarse, pero solo para moverse de lugar, por eso Esmeralda y Alejandro ya no se aburren nunca, juegan cuando quieren los dos juntos.



FIN

lunes, 23 de abril de 2012

A COCO, LE GUSTA EL INVIERNO

Para Raquel, Rocio y sus niños del cole, Jaime Vera. – Enero 2012


 A COCO LE GUSTA EL INVIERNO

                                                (Cuento de invierno)


     No a todo el mundo le gusta el invierno. Raquel, la profe de los pequeños, pregunta en clase a los niños y niñas:

     -  ¿Vosotros a quien conocéis que le guste el invierno?

-          A un oso polar, dicen unos.

-          A los muñecos de nieve, dicen otros.

-          A mí, y a mí, y a mi también. Dicen algunos de los niños.

         
     Y luego siempre dicen alguna cosa o animal más, del que ahora mismo no me acuerdo. Vamos a ver si alguno de vosotros se sabe más y me refresca la memoria.

      - (……….)

     La profe Raquel, vuelve a preguntar a los niños y niñas de su clase.

    ¿Y sabéis por qué a ellos les gusta el invierno?

     Y ellos contestan cosas como:

     -Por que a los osos les gusta el frío.

      -Por que los muñecos de nieve se derriten si no hace frío.

     Y todos se alborotan y montan un jaleo espantoso en el que ya no se entiende nada de nada. Cuando al fin Raquel logra poner un poco de orden en tanto ruido les dice:

       -¿Y a vosotros por que os gusta tanto el invierno?

      -Pues a nosotros por que nieva y nos gusta jugar con la nieve.


      Y luego volver a casa y estar calentitos, y tomar una rica merienda, cansados después de jugar tanto. Lo dicen claro está con sus palabras y volviendo a hacer mucho ruido.

     Y es que a los niños ya no se les ocurren muchos más animales o cosas  a quienes les guste el invierno. Ni muchas más razones.

     Bien, pues yo conozco alguien a quien también le gusta el invierno. Se llama Coco. ¿Queréis saber quien es, y por qué le gusta el invierno?

                         COCO Y NOGUI

     Coco es una casa, un edificio de 4 pisos de altura que vive no muy lejos de aquí. Coco tiene enfrente suyo la carretera, y también hay un jardín en el que está plantado, un hermoso y precioso árbol que se llama Nogui.

     Coco y Nogui, son muy amigos, se conocen desde el mismo día que a uno le trasplantaron al jardín y al otro lo terminaron de construir. Y de esto hace ya más de veinte años.
     Al principio Nogui era muy pequeñito, y con su fachada, Coco lo protegía de los malos vientos. Pero ahora Nogui es muy grande, y tiene unas enormes ramas, recubiertas de preciosas hojas verdes y frondosas, que salvo en invierno, a Coco le impiden ver bien la calle y la carretera.

     Por eso, aunque a Coco le da mucha pena ver que al llegar el otoño, Nogui se duerme a la vez que se le caen las hojas, se siente menos triste si piensa que va a poder ver mejor el paisaje.

     Además el invierno tiene otras ventajas, aunque por fuera hace frío, por dentro se está bien calentito, con todas las calefacciones encendidas que le dan a Coco, un calorcito de lo más agradable.

     También disfruta de la compañía de su amigo el muñeco de nieve, y como los niños pasan más tiempo dentro de casa, los oye reír y alborotar con sus juegos. Y eso le hace feliz.

     Después del invierno llega la primavera y Coco también es feliz, a Nogui le salen nuevos brotes y unas esplendidas hojas que ambos celebran con mucha alegría. 

     Nogui se despereza de su sueño invernal y ambos amigos vuelven a estar juntos hasta el invierno que viene.

FIN

LA PRINCESA MARIPOSA

      LA PRINCESA MARIPOSA

Para Elena, de su madre.
     Había una vez una linda princesita llamada Elena, que vivía con sus papas y su hermanita Laura en un palacio, y a la que le gustaban mucho los animales, sobre todo las maripositas, jugaba con los animalitos y los cuidaba y protegía.

      Una malvada bruja, secuestró a  la princesita y la encerró en una jaula en la torre de un viejo castillo en ruinas para pedir un rescate a sus padres.

      La niña estaba muy triste y las maripositas acudieron en su ayuda. Aprovechando que la bruja dormía cogieron la llave levantándola entre todas. 

       Consiguieron abrir la puerta, pero Elena no pudo escapar por que el pasillo terminaba abruptamente en un precipicio y la escalera de madera que usaba la bruja pesaba demasiado para las maripositas.

      A la noche siguiente la reina de las mariposas le ofreció transformarla en mariposa para poder escapar, pero debería cumplir una serie de condiciones si quería volver a ser una niña.

     La reina envolvió a la niña en un manto de seda y la transformó en mariposa. Acto seguido escapó de su prisión y llegó al palacio de sus padres, apenas rayaba el día.

       Por la noche fue a  la habitación de sus padres y esperó a que se durmieran, se acercó a su madre y la habló en sueños, pues es el único momento en que los seres humanos pueden entender lo que les dicen los animales.

     Le contó como había escapado de la bruja y que si quería verla de nuevo en su forma original debería subir al Cerro de los Peligros, a la Cueva de las Maravillas y contarle cosas que la hicieran desear volver a ser una niña. Pues por otro lado el Hada Tiniebla intentaría convencerla para convertirse en una mariposa como ella.

     Voló hacia la Cueva de las Maravillas, hacía mucho viento pero en el camino la ayudaron a llegar una bandada de pájaros a los que ella había ayudado antes muchas veces.

     Escogió un rincón y comenzó la trasformación. El hada Tiniebla estuvo tentando a la princesita con lo maravilloso que sería transformarse en un ser bello, etéreo y poderoso como ella, y asustándola con la posibilidad de que si ella no se quería transformar y  su madre no llegara o desistiese de recuperarla, si esto ocurriese moriría. Pero la princesita aguantó con la seguridad de que su madre llegaría y sabiendo que la quería.

     Y antes de los 3  días y tras pasar algunas calamidades y peligros, tales como perder una  parte de las provisiones, su madre llegó a la cueva, muy al pesar de Tiniebla, quien no había sido ajena a alguna de estas trampas.

     Y la madre esperó y esperó, hablándola de cuanto la quería, de cuando era pequeña, de lo bonito que es crecer, y otras veces con su ternura y su silencio plagado de amor.

     Se acabaron las provisiones, pero aún así esperó y aguantó gracias al agua de un manantial cercano y no fue en vano, un par de días después la crisálida comenzó a moverse, a quebrarse, y por fin salió Elena, con dos enormes alas, húmedas todavía. Aún y así, su madre fue hacia ella y le dijo lo mucho que la quería y que la aceptaba así, tuviera el aspecto que tuviera. Y que la protegería de quien hiciera falta.

     Se abrazaron y las alas se cayeron de su espalda, dejándole dos pequeñas marcas como recordatorio, y se fue con su madre, quien le había guardado nueces, chocolate y un trocito de pan para que recuperase las fuerzas.  Entonces fue cuando Elena supo que había hecho la elección acertada, quedarse donde de verdad era amada.

     Madre e hija comenzaron el regreso a su hogar después de un peligroso descenso por la escarpada ladera del monte.

     Juntas divisaron el castillo a lo lejos, lo que les dio renovadas fuerzas para llegar.

     A su llegada, al amanecer, la mañana de mayo y los animalillos del bosque las recibieron con alegría.

   Luego, cuando llegaron a casa, las estaban esperando el papá y la hermanita, y todos aquellos que las querían, y todos fueron felices para siempre. Unidos por la certeza de que el amor lo vence todo.


FIN

LOS CUENTOS DEL BUEN DORMIR- 3º


3- LA NIÑA

(Para Elena)

     La niña se ha dormido,

algo fruncido el mohín,

tiene cara de disgusto,

pues no quería ir a dormir.



     Cuando mañana se levante

al cole tendrá que ir

y si está descansada.

no cogerá una rabieta al partir.



     Elena sueña con princesas,

con animales y cosas así.

     Viaja enredada en mil cuentos,

su imaginación lo quiso así.



     Ahora es una bella

indefensa princesa.

     Ahora es ella la fuerza,

la que vence al dragón.



     Sonriendo en sueños,

mucho ha descansado.

    Se ha levantado temprano.

¡¡ Vaya!!.¡Si hoy es sábado!






     Para Elena, mi niña, dulce.

LOS CUENTOS DEL BUEN DORMIR 2º


2 – LA LUNA

( Para Laura C.)



      Había una vez, una  luna pizpireta,

que al serio sol

para despedirse,

quiso darle un beso.



     Como no terminaba  de dejarse el sol,

se tiraron un buen rato en estos juegos.

y al final la pícara luna                              

al sol robó el beso.



     El sol arrebolado

se llevó su manto azul cielo

y la luna coqueta

extendió el suyo con estrellas y negro.



     La luna quietecita,

ocupó su puesto

alumbrando con su luz

todos los buenos sueños.



     Y así llegó de nuevo el sol

a colocarse en el cielo,

y a la luna relevó…

…dándole un beso.





 Para mi pizpireta Laura


LOS TRES CUENTOS DEL BUEN DORMIR - 1º - EL SUEÑO

1 - EL  SUEÑO

(Víctor)


             Esto érase un lindo niño,

 que quería dormir.

Y el sueño juguetón,

no quería venir.



     Cuanto la mamá más lo llamaba,

el sueño más se escapaba.

Y si la mamá lo perseguía,

el sueño mucho más se escondía.



             Entonces la mamá

comenzó a leer un cuento.

y el sueño que es curioso

se acercó para verlo.



     Enredado en las palabras,

 se va adormilando.

Con la prosa y el verso

Se queda atado



    Por eso se queda con el lindo niño

en el lecho blando y calentito.

     Ya se cierran los ojitos,

se les caen las persianitas.



     Y se durmieron los dos juntitos,

el niño, y el sueño.

             El niño  soñó con el cuento.

El sueño… ¿Con qué soñarán los sueños?