ALEJANDRO, Y LA PRINCESA
Para Alejandro M. - de su madre, Maika.
Esmeralda estaba fatigada
y contenta por que había estado jugando con sus hermanas al escondite, pero ya
era la hora de merendar, y los mayores empezaron a llamarles.
Se sentaron a merendar, todos estaban sentados en el suelo, cada uno dispuesto a comerse su pastel, dieron las cinco en el reloj del ayuntamiento. Y entonces la mamá se dio cuenta.
-
¿Dónde
está Esmeralda?
Mayka, Luís y su hijo Alejandro eran unos
prestigiosos investigadores, unos detectives de primera que ya habían trabajado
en multitud de casos y siempre habían conseguido su objetivo. Esta vez tenían que ir hasta los mares del
sur, a la Isla
de la Perpolinada ,
donde la princesita Esmeralda había desaparecido de la forma más misteriosa.
Comenzaron con las averiguaciones pero no
conseguían sacar nada en claro, Alejandro decidió dar un paseo por el lugar
donde se había perdido la niña, 24 horas antes, a ver si mientras se comía el
bocadillo veía algo nuevo.
Al principio, no vio nada extraño y
decidió mirar con los ojos de la princesa, que tenía más o menos su edad.
-
Si
yo me quisiera esconder en este jardín….
Comenzó entonces Alejandro a buscar huecos
y recovecos y al fin dio con un sitio estupendo, detrás de unos arbustos, y
protegido por la tapia, se agacho para
pasar y allí encontró un coletero verde seguramente de la princesa, pero nada
más, así que estaba a punto de levantarse, se oía de fondo el reloj del
ayuntamiento que estaba dando las 5, (doing, doing, doing, doing, doing. ) Y
ante su asombro, no bien hubo sonado la última campanada, comenzó a abrirse un
agujero de color negro, era un agujero dimensional, y si no llega a verlo, ni
se lo cree.
No se lo pensó dos veces, y no queriendo
desaprovechar la oportunidad probó a meter parte de su mano derecha, y entonces
se vio arrastrado dando vueltas girando sobre si mismo, hasta que la cosa
paró y se encontró sentado en el suelo.
Pero no estaba ya en el jardín, si no en
un sitio con muchísimo iluminación y un montón de controles y lucecitas. ¡Una nave espacial!
Se asustó un poco, y más cuando vio que
las dos sillas que había frente a los controles se giraban y sentados en cada
una de ellas un ser de color verde, no más grandes que un adulto normal.
Pero los extraterrestres, con una sonrisa
en los finos labios le decían casi a coro:
-
Bienvenido,
te estábamos esperando.
-
¿Quiénes
sois, que queréis de mí, donde está Esmeralda?
-
Demasiadas
preguntas, todas a la vez, Alejandro.
-
Ven,
siéntate aquí con nosotros y te lo explicaremos todo.
Alejandro tomó asiento con un cierto
temor, en frente de los marcianos.
-
Somos
del planeta Tangente, somos astronautas Tangencianos en busca y estudio de
otras formas de vida, somos científicos. Estudiamos otros ecosistemas y nos
llevamos fotos, grabaciones y muestras de ADN de otras formas de vida.
-
Y
entonces ¿por qué os habéis llevado a Esmeralda?
-
Ha
sido por un error. Hace tiempo, recogiendo muestras, abrimos un agujero
dimensional muy cerca de aquí, como no sé si sabrás estos agujeros te permiten
viajar en el tiempo y en el espacio, por
aquel agujero se coló un pirata que nos robó y se llevó uno de nuestras llaves Vortes, que son unas llaves
dimensionales, una especie de mandos a distancia capaces de abrir agujeros
dimensionales, ahora lo utilizan él y los suyos para cometer robos. Esmeralda
se coló en uno de estos agujeros y ahora está en poder de los Piratas que
estarán buscando la manera de pedir un rescate.
Nosotros no podemos rescatarla, fuera de la nave no podemos sobrevivir y
nuestros trajes espaciales no nos permiten movernos con agilidad.
Te necesitamos para que
con ayuda de otro equipo
portátil, te introduzcas en el barco pirata, rescates a Esmeralda y a
ser posible les quites las vortes para impedir más fechorías. Ten en cuenta que
una vez hecho el agujero dispones solo cinco minutos antes de que se cierre.¿Te
ves capaz?
-
Si,
lo haré.
Los Tangencianos, prestaron otra de sus
vortes a Alejandro. También le explicaron como debía usarla y las coordenadas
que tenía que usar para volver de regreso a la nave.
Alejandro volvió primero de regreso al
jardín, con ayuda de los Tangencianos regresó de tal manera que nadie se había
dado cuenta de su ausencia, y quedó de acuerdo para ir al barco pirata por la
noche.
El resto de la tarde transcurrió con total
normalidad, cuando se hizo de noche y la casa dormía,
bajó de nuevo al jardín, junto a la tapia y abrió un nuevo portal dimensional
por el que Alejandro entró, saliendo a la cubierta del barco, entre los botes
salvavidas. Tapó el lugar con una lona para evitar que alguien más lo viera
durante esos minutos que permaneciera abierto y escondiéndose en la oscuridad
procedió a buscar a Esmeralda.
Los piratas también dormían. Bajó hacia la
bodega del barco, y allí mismo, metida en una jaula estaba Esmeralda, muy
triste, la llave de la jaula estaba colgada de un clavo, a la entrada,
inalcanzable para la niña. Alejandro la descolgó y sin hacer ruido fue a la
jaula.
-
Hola
Esmeralda.
-
¿Tu
quien eres?
-
Mira
(le enseñó la llave), soy Alejandro y vengo a liberarte.
-
¿Pero
como? Pensé que nadie sabía que estaba aquí.
-
Es
una larga historia, pero básicamente he entrado por el mismo sitio que tu.
Tenemos que darnos prisa. (Dijo mientras abría la cerradura). hay que encontrar
la otra vortes antes de irnos.
-
Y
eso que es?.
-
Es la llave que abre el wortex o portal, el
agujero dimensional por el que se puede viajar en el tiempo y espacio. El
agujero por el que hemos llegado hasta aquí, mira, (y le enseño el mando), es
como esta.
-
¡Claro,
yo la he visto¡, la tiene el capitán en su camarote.
Los niños, se tomaron de la mano y fueron
hacia el camarote del capitán que dormía a pierna suelta o mejor dicho a
serrucho suelto, por que hay que ver lo que roncaba.
Entraron con sigilo, pero Esmeralda
tropezó con la mesa y se cayó un florero de metal, con un ruido tal que el
capitán despertó.
-
¿Qué
ha sido eso?.
-
Miau,
miau, miau. (Imitó Esmeralda)
-
Ah,
bueno ha sido el gato, y siguió durmiendo.
Llegaron hasta el escritorio del capitán y
allí estaba la vortes, la cogieron con mucho cuidado y salieron por la puerta,
en ese momento el capitán despertó diciendo:
-
Pero
si yo no tengo ningún gato.
Y salio en calzones detrás de ellos, dando
gritos y despertando a toda la tripulación, incluso al mono que era el único en
condiciones de atraparlos pues los demás estaban casi dormidos con los
pantalones a medio poner y solo hacían
que tropezar unos con otros y con las cosas.
Les dieron esquinazo a unos y otros y
hasta al mono. Levantaron la lona y a punto estaban de pasar al otro lado
cuando el mono se abalanzó sobre Esmeralda para quitarla el mando, pero
Esmeralda fue más lista, hizo una grácil pirueta y el mono cayó unos metros más
atrás. Momento que aprovechó Alejandro para tirar de ella y entrar los dos
juntos en el agujero, que se cerró justo a tiempo.
Llegaron de esta forma al jardín, y de
allí, antes de nada, a la nave de los Tangencianos, a devolver las dos llaves
vortes. La princesa se quedó
sorprendida, aunque no mucho después de los últimos acontecimientos que había
vivido. Los Tangencianos quedaron tan contentos y agradecidos por la devolución
de las dos llaves que les hicieron un obsequio.
Volvieron al jardín y de allí al Palacio,
Alejandro y la Princesa
contaron su aventura, omitiendo la parte del regalo y como es normal nadie les
creyó.
A partir de ahí se hicieron muy amigos, y
todos los veranos pasaba Alejandro una temporadita en la Isla , y colorín colorado este
cuento se ha acabado….
Ah, no, perdón, no hemos dicho, lo que los
extraterrestres les regalaron a los niños, y que además fue en parte lo que
consolidó su amistad, y es que en agradecimiento, los Tangencianos les
regalaron unas minivortes con las cuales desplazarse, pero solo para moverse de
lugar, por eso Esmeralda y Alejandro ya no se aburren nunca, juegan cuando
quieren los dos juntos.
FIN
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